DIARIO
Los seres humanos estamos compuestos por cicatrices, algunas profundas, otras superficiales, también las hay sutiles o aquellas que sanan y no dejan huella. Sin embargo cada una es la representación de un gesto resiliente, que desde la carne y la corporalidad también son un reflejo psíquico del transitar emocional del hombre en los distintos días, años y etapas de su vida, que así como el cuerpo, también sostiene las heridas y tal vez, su sanación.
Los objetos pueden ser contenedores de memoria, y en su superficie también nos hablan del daño y el paso del tiempo. Así que en Diario, como un gesto resiliente y continuo que se realiza todos los días, se repara, se cuida y se sutura una cascara que nunca sanará del todo... no para crear la ilusión de nunca estar rota, sino que a pesar de la acción infructífera que se le realiza, sigue existiendo.